En muchas ocasiones te has expuesto a momentos duros de los cuales quieres huir. El problema radica en que no importa la dirección ni la manera. Lo único importante es huir.
Cuando el enfoque es huir, tu cuerpo enciende todas las alarmas de protección y te pone en guardia. Esta condición de alerta continuada por años termina desgastando tu mente y tu cuerpo profundamente. Y cuando lo superes, ya no sabrás qué hacer, porque solo planease huir, no vivir.
Por otro lado, para poder ganar, el enfoque debe estar en lo que deseas alcanzar y crear un plan de acción con pasos, recursos, estrategias y herramientas que te llevarán no solo a huir, sino a la vida que tu sonaste.
Es momento de vivir, no de huir.