Cuando estás alegre, enérgico, te sientes bien contigo mismo y con tu entorno, es momento de accionar, de aprovechar la energía para construir, crecer y avanzar.
Cuando estás triste, frustrado, sin energía aparente, es el momento de revisión, de dudas, de ver si lo que ha servido hasta ahora sigue funcionando. Es ahora que decides tomar un nuevo curso, cambiar el entorno, tomar nuevas decisiones. Es aquí cuando ocurre la transformación.
Como un electrocardiograma, el corazón muestra que está vivo cuando sube y baja, no cuando es una línea cómoda, estable.
Ambos momentos de la vida son poderosos. Arriba construyes, abajo te transformas.