Imagina una conversación profunda hablando de recortes. “Tengo que dejar el gimnasio, comer más barato, salidas de disfrute, un colegio más barato, sacar a los niños de las actividades extras…”
Pensar en recortes trae una energía casi destructiva en contraste con la pequeña cantidad de dinero que realmente vas a ahorrar. Estadísticamente, la mayoría apenas logra pagar sus gastos más básicos. Los recortes son para quienes están gastando en cosas muy diferentes a básicas.
Por el contrario, enfócate en generar ingresos para alcanzar tu meta del mes.
Ahora, imagina una conversación para crecer, construir, ingresar dinero y progresar. Se siente diferente, ¿verdad?